Nueva Era

Shere Hite: Igualdad emocional en el sexo

11:32 AM | Las relaciones con hombres pueden ser divertidas, fastidiosas, maravillosas y muy satisfactorias. Y cuando no funcionan pueden acabar con la energía de la mujer. Lo dice Shere Hite.

Así lo escribe en su columna “Sexualidad y Actualidad” este domingo en Últimas Noticias:

Las relaciones con hombres pueden ser divertidas, fastidiosas, maravillosas y muy satisfactorias. En caso de que no funcionen, entonces esa mala atmósfera que se va creando día a día puede acabar con toda la energía por parte de la mujer, dejarla muy cansada, exhausta y con una mirada cristalizada y perdida en el infinito. Anteriormente el rol de las mujeres era cuidar a sus maridos emocionalmente. Ello también pudo o puede ser la fuente de problemas en el trabajo, ya que empiezan a sentirse bastante negativas consigo mismas y con la gente de su entorno.

Una señora me escribe: “Invierto mucho tiempo cuidando la relación con mi esposo, descubriendo su estado de ánimo, manteniendo el contacto y preguntándole cómo se siente. Yo sé que él me ama, pero me da la impresión de que él no tiene la misma necesidad de comunicación que yo, y muy pocas veces me pregunta cómo me siento o qué es lo que pienso sobre algo. Cuando trato de explicarle sobre esta situación me responde que no entiende cuál es el problema. No me queda más que decirme a mí misma que él tiene razón, que en verdad no pasa nada, pero al final termino sintiendo que sí hay algo”.

La mayoría de las mujeres dicen, con un suspiro agotador, que le ponen muchísima fuerza emocional a sus relaciones de pareja, y unas cuantas afirman que la energía que ellas invierten hacia sus hombres es mucho mayor que la que ellos invierten hacia ellas.

¿Qué quiere decir esto? La relación que esta lectora describe aquí, así como muchas otras dudosas relaciones, están hiriendo a las mujeres emocionalmente debido a la identidad cultural conflictiva o más bien la presión que se le tiende a inculcar a hombres y mujeres, en la que hay que reproducirse y amarse unos a otros.

Muchas se sienten confundidas porque varias de esas identidades o conductas son ambiguas: algunas veces son de amor y otras son totalmente negativas o violentas. La energía se acaba y busca llevarnos hacia una dirección positiva repetidas veces, con ideas como “no importa” o “no debo prestarle mucha atención”, sobre todo cuando nuestro acompañante hace algo que en verdad hiere. Al final son esas ideas las que nos dicen si debemos o no darle fin a esa relación. También nos llevan a reflexiones como ¿por qué la otra persona no quiere ser amorosa y positiva la mayoría de las veces? ¿Por qué los hombres son tan ambiguos? ¿Me amará de verdad? Cuántas veces las mujeres no se han dicho a sí mismas cada vez que recuerdan algún hecho doloroso producido por algún pariente cercano o un ser querido: “No seas gafa”, “no te tomes eso a pecho”, “ese comentario no quiere decir nada importante”, “no fue a propósito, tú sabes que no es cierto”, “tú sabes que no eres como su mamá” o “sabes que no es cierto que tú nunca sabías cómo divertirse, al fin y al cabo, broma es broma”, por citar algunos ejemplos.

Otro tipo de relaciones exhaustivas que típicamente afectan a las mujeres son las ambivalentes, es decir, las relaciones en las que no hay ningún tipo de compromiso, que algunos hombres solteros practican con una mujer cuando tienen un sexo muy apasionado por una noche y luego ni la llaman al día siguiente. Días más tarde, este mismo hombre muestra nuevamente interés en querer tener un encuentro sexual muy apasionado, y otra vez decide no llamarla durante días, tampoco le devuelve las llamadas o mensajes enviados. Después, como si nada, desea verla con mucho deseo, luego ella le responde mostrándose fría y distante.

¿Cómo pudiera una mujer o una enamorada captar estas señales? Una vez más, gasta mucho tiempo y energía tratando de descifrar los mensajes indescifrables por parte de él, y que al final no hacen más que causarle preocupación.

¿Por qué a una mujer enamorada se le dice simultáneamente “te amo” de diversas maneras, y luego es apartada y rechazada? El hombre de por sí tiene un conflicto consigo mismo. Con frecuencia, cuando una mujer se halla en esta situación se pregunta: ¿ese hombre lo que quiere es jugar duro?, ¿o será que no está interesado en mí y sólo me está usando? Luego ella tiene que pensar en juegos psicológicos y enfrentarlos a como dé lugar, asimismo se mira repetidamente al espejo, mira su cabello, su forma de vestir y trata de ver o identificar si es su apariencia el problema.

Por supuesto que este tipo de situaciones pueden ocurrir en una relación con otro hombre o mujer en el trabajo, es decir, con alguien que tenga una relación en curso que trata de dominar psicológicamente al otro y que usa señales mixtas para mantener el control.

En pocas palabras, en una relación difícil, las mujeres (quienes generalmente son más “sumisas” en el aspecto emocional) se enfrentan a una tormenta de conductas problemáticas que contienen mensajes ambivalentes que traen como resultado problemas mucho mayores. Generalmente las mujeres pierden muchísimo tiempo y energía pensando en estas conductas.

Estas situaciones hacen que la mujer se cierre y la rabia no expresada se convierta en energía negativa hacia sí misma. Ello puede llevar a situaciones con sentimientos suicidas, a que dude de sí misma, a que se sienta inútil y a que tenga una baja autoestima. Conductas ambivalentes por parte de la persona querida hacen que la persona que ama se cuestione a sí misma y se enganche en interminables debates sobre si los comportamientos negativos de la otra persona son “reales” o si deben ser “entendidos” de alguna u otra forma. Los debates internos o entre amigos acerca de si su deseo de “ser libre” o “su falta de responsabilidad” son una necesidad psicológica, o si no forman parte de la cultura rock and roll, o de su adoración por el “hombre vaquero”, es decir, las influencias culturales, y no las de sí mismo.

“Entender” suena como algo bueno, pero ¿hasta qué punto está bien? El proceso de “tratar de entender” es así, tal como lo describe esta señora de mis investigaciones: “Por conocer su background, puedo entender por qué a él se le hace difícil hablar de sus sentimientos y puedo ver por qué es tan frío y distante. Pero cuando necesito de su cercanía me molesta que su falta de emotividad sea más importante que mi necesidad de tener comunicación. Sé que no debería molestarme, pero en verdad no lo puedo remediar”.

Mientras que ser comprensivo es admirable, también es una espiral interminable que puede llevar a adoptar comportamientos o conductas sumisas, y permitir que la otra persona satisfaga sus caprichos. Ello ha hecho que muchas mujeres tengan que tolerar situaciones que las vulneran como persona. Este tipo de situaciones pueden consumir no sólo la energía sino hasta el alma. La gente dice: ¿por qué las mujeres no acaban de una vez con las malas relaciones? ¿Será que son masoquistas? ¿Por qué son tan caprichosas? La verdad es que ellas tratan de “entender” lo que sucede y de buscarle una solución.

En realidad, “entender” es frustrante e inclusive puede hacer que la mujer experimente un gran malestar. La rabia es una emoción prohibida para las mujeres, y muchas de ellas tratan de no sentirla. Muchas veces a ellas se les dice que la rabia es inapropiada, fea, innoble, inclusive cuando está justificada; pero, ¿será esto cierto? Supuestamente las mujeres deben sustituir “el entendimiento” por rabia y hallar por qué la otra persona se está comportando de esa manera.

hite3000@hotmail.com
Traducción Charlie Cecilia García
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